Algo más (En polaco: Coś więcej) es un cuento corto escrito por Andrzej Sapkowski, incluido en la colección La espada del destino.
Argumento[]
Yurga, un comerciante es encontrado solo, abandonado por sus compañeros en un puente que es amenazado por extrañas y prolíferas criaturas. Geralt le salva la vida, no sin que antes Yurga le prometa darle lo pirmero que le salga en su casa sin ser algo que él espere encontrar. Desafortunadamente Geralt es herido de gravedad al ser mordido en la pierna.
Debido a los elixires que el brujo toma para soportar el dolor y evitar las infecciones, Geralt tiene en el trayecto de su viaje en la carreta del mercader varias visiones y recuerdos. El primero es un recuerdo de la fiesta de Belleteyn en el mes de mayo en el que cierta población celebra el inicio de un nuevo ciclo de vida cantando y bailando alrededor de fogatas. El desenfreno y la bebida son las características de esta fiesta. En ella se encuentra a Yennefer y se apartan de los demás para tener unos momentos de romance juntos. Ella le pide al final, antes de separarse, que vuelva a Cintra y no se retracte de recibir lo que no ha querido tener porque vienen malos tiempos.
La otra visión o recuerdo, es de cuando fue a Cintra a los seis años de haber recibido la promesa de Calanthe de entregar a un niño, el niño sorpresa para llevárselo y volverlo brujo. Fue ahí donde se enteró por boca de Myszowor de la muerte de Pavetta y Duny, y cómo no pueden explicarse que su hijo no fuera con ellos. También le dice que Calanthe lo había mandado a matarlo, pero que después desistió y revocó esa orden.
Posteriormente habla con Calanthe y ella se muestra renuente a entregarle al hijo de Pavetta y lo pone a prueba, a él y al destino. De un grupo de diez niños que se encuentran jugando en los jardines, le pide que elija uno y se lo lleve a sabiendas de que tendrá pocas potabilidades de vivir. Geralt especula y le dice que ninguno de esos niños es el hijo de Pavetta y la reina Calanthe hace lo mismo con él diciendo que él en realidad tiene miedo.
Para Geralt el que el niño sea hijo de Pavetta no es suficiente para hacerlo brujo, tiene que haber algo más. Decide liberar a Calanthe de la promesa y no llevarse a ningún niño, se despide, pero la reina presiente que no se verán más.
Cuando despierta han avanzado en el camino y es atendido con toda eficacia por una dama joven que resulta ser una hechicera, y no cualquier hechicera sino Visenna, su propia madre. Se entera por Yurga que ella los siguió, los encontró y lo atendió con gran poder y dedicación a costa de su propia vida hasta verlo mejor. Ella se muestra compasiva con Geralt y se despide dejándolo dormido.
Llegan a el Alto Sodden, de donde es originario Yurga y cuenta como en ese lugar se llevó a cabo una cruenta lucha en donde muchos murieron, donde pelearon guerreros, nobles, el pueblo, campesinos y hasta hechiceros. Los más bravos peleadores fueron los hechiceros y catorce de ellos murieron y como un honor y memorial les levantaron un monumento con el nombre de todos ellos.
Geralt visita esa torre y observa los nombres escritos: Axel Raby, Atlan Kerk, Vanielle, Dagobert, Lawdbor, Lytta Neyd, Gorazd, Yol... pero le impacta ver el nombre de Triss Merigold por quien siente singular aprecio. Una mujer joven se le aparece, de apariencia menuda y frágil con ojos azules dice seguirlo siempre, pero que él pocas veces voltea a verla, las flores, dice, son para ella y que llegará el día en que por fin tome su mano para llevarlo con ella. Se debe deducir que es la muerte lo que él ha visto. Por algún momento le pareció ver entre los nombres el de Yennefer. Lamenta no haber estado en esa lucha por haber estado en el norte.
Continúa su huida con Yurga y se encuentran a la orilla del río Yaruga a Jaskier y él les cuenta que todo mundo está huyendo con pavor pues los nilfgaardianos no están haciendo una guerra normal sino todo un exterminio, no dejando nada rescatable a su paso. Les pide que lo ayuden a escapar y se une a ellos. Logran llegar al hogar de Yurga, son recibidos con gozo por su familia: su esposa Doradita y sus dos hijos, pero se encuentran con la sorpresa de que además de ellos, hay una niña, misma que al reconocer a Geralt corre a abrazarlo haciéndole prometer que nunca más la dejará: esa niña es Ciri.