El tesoro del conde Reuven es una misión principal de The Witcher 3: Wild Hunt.
Entrada del diario[]
- El brujo llamó a la puerta de la casa de baños atenazado por el miedo. Sabía que, poco antes de que yo desapareciese sin dejar rastro, tenía planeado robar a Sigi Reuven, uno de los hombres más poderosos y temibles del norte. Tendría que hacer averiguaciones sobre mi destino sin despertar sospechas, una tarea harto difícil, pues aunque Geralt sea un brujo excelente, es un actor de lo más mediocre.
- La persona oculta tras la identidad de Sigi Reuven no era sino Sigismund Dijkstra, antiguo jefe de las fuerzas especiales redanianas y un hombre al que Geralt conocía bien de anteriores aventuras. En una muestra de ignorancia poco común, Dijkstra no tenía ni idea de que yo había participado en el robo de su oro. Pensó que la aparición de Geralt era una feliz coincidencia y le ofreció una cuantiosa suma a cambio de ayudarlo a encontrar su tesoro robado y al ladrón que lo había hecho. Geralt y Dijkstra querían encontrar exactamente a la misma persona (el que suscribe), pero por razones totalmente distintas. Aprovechando este golpe de suerte, Geralt aceptó la oferta, con la esperanza de que Dijkstra no descubriese su doble juego.
- Como un excavador que desentierra una antigua obra maestra élfica, Geralt fue descubriendo poco a poco la maestría de mi plan secreto. Se enteró de que no habíamos entrado directamente por las cloacas como unos descerebrados, sino que lo habíamos hecho desde el interior, colocando una bomba en una de las tuberías de desagüe de las bañeras.
- Dijkstra pidió a Happen, su fiel eunuco, que examinase el registro de clientes del balneario. Así descubrió que aquel día la bañera en cuestión la había usado un margrave llamado Henckel. No hay nada de especial en que un margrave quisiera poner sus callos a remojo, pero aquel margrave había estirado la pata, callos incluidos, varios meses antes del robo. Por lo tanto, Dijkstra encargó a Geralt que examinase la residencia del margrave con la esperanza de que el brujo encontrase allí algún rastro del tesoro robado.
- La intuición del viejo espía no andaba desencaminada: la casa del margrave Henckel resultó ser una copiosa fuente de pistas absolutamente cruciales. Primero descubrieron que uno de los participantes en el atraco había sido Dudu, el amigo doppler de Geralt. Él fue quien se disfrazó del margrave Henckel y colocó la bomba en la tubería.
- Una carta de Dudu contenía más revelaciones: Ciri también había participado en el robo, el oro robado había caído en manos del jefe de la Guardia del Templo, Caleb Menge, y yo, Jaskier, en aquel momento era prisionero de aquel horrible personaje.
- Estaba claro que Geralt tenía que verse las caras con Menge, pero ¿cómo? Aquel guardián cauteloso nunca accedería a reunirse con Geralt. A no ser, claro está, que este tuviese algo que ofrecerle, un premio tan tentador como para que Menge bajase la guardia...
- Triss Merigold, malvada hechicera y miembro de la aún más malvada Logia, se ofreció como irresistible cebo para aquel fanático cazador de brujas, poniendo su vida en juego para salvar a Ciri y, me atrevo a decirlo, pensando en los amantes del arte que residían en el norte, ya que podrían verse privados de su bardo más famoso.
- Si Geralt logra sacarle información sobre Jaskier a Menge:
- Caleb Menge se tragó el anzuelo y la caña de pescar entera, sin sospechar de la trampa de Geralt hasta el final. Y de su final se encargó la misma Triss, que le clavó un cuchillo en la garganta en un arrebato emocional comprensible si pensamos en todas las crueles e inusuales torturas que había sufrido.
- Por suerte, para entonces Geralt ya le había sonsacado a Menge toda la información que necesitaba. Sabía pues que yo, Jaskier, me estaba pudriendo en las mazmorras de la Isla del Templo mientras esperaba que me trasladasen a Oxenfurt. Allí interpretaría mi último papel principal en un espectáculo que dejaría al público al borde del llanto: mi ejecución. Pero Triss, que los dioses la bendigan, tenía un plan para evitar aquello...
- Geralt dejó muy poco satisfecho a Dijkstra como buscador de tesoros. Para empezar, el brujo no había encontrado tesoro alguno: tan solo una llave en el cadáver de Menge, que podría abrir una cámara acorazada en la que a su vez podría estar el tesoro. Todo ello, claro está, sin saber dónde se encontraba dicha cámara. Además, Dijkstra se dio cuenta de que Geralt llevaba todo el tiempo ocultándole algo: la identidad de la mente criminal que había planeado el atraco. Y digo yo: ¿tan difícil era adivinarlo, querido lector? ¿Quién sino un bardo podría haberlo planeado con tanta astucia y salero? Finalmente, los antiguos amigos se despidieron de buenas maneras, pero estaba claro que el próximo encuentro no sería tan amistoso.
Objetivos[]
- Interroga a Reuven sobre la desaparición de Jaskier sin levantar sospechas.
- Vuelve con Dijkstra cuando estés listo para ayudarlo.
- Sigue a Dijkstra.
- Reúnete con Dijkstra cuando estés listo.
- Investiga el escenario del allanamiento con tus sentidos de brujo.
- Entra por la brecha y sigue la corriente.
- Usa tus sentidos de brujo para registrar la habitación de las cloacas en busca de pistas.
- Vuelve a la casa de baños y habla con Dijkstra.
- Busca pistas sobre los ladrones en las habitaciones secundarias de la casa de baños con tus sentidos de brujo.
- Ve a la casa del margrave Henckel.
- Registra la casa del margrave Henckel con tus sentidos de brujo.
- Resuelve el acertijo de la nota misteriosa.
- Investiga la otra habitación con tus sentidos de brujo.
- Explora la habitación secreta con tus sentidos de brujo.
- Descubre qué pasa en el piso de abajo.
- Reúnete a medianoche con Triss en el santuario del Fuego Eterno del puerto.
- Sigue al líder de los cazadores de brujas.
- Si Geralt logró obtener información de Menge:
- (Opcional) Escapa del puesto de los cazadores de brujas.
- Encuentra el modo de escapar del puesto de los cazadores de brujas.
- Dile a Dijkstra lo que has descubierto.
- Habla con Priscilla.