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La voz de la razón (En polaco: Głos rozsądku) es una historia fragmentada de El último deseo, divida en un total de siete partes. La mayoría de la historia ocurre en el Templo de Melitele en Ellander, mientras Geralt se recupera de las heridas de una batalla reciente.

Argumento[]

Esta historia se va narrando a trozos, es decir, entre historia e historia, hay una pequeña parte de 3 o 4 hojas de "La última razón". Lo que se hará aquí es ponerlas todas juntas, ya que realmente es la misma historia.

Geralt se encuentra en el templo de Melitele, en Ellander, recuperándose de las heridas sufridas durante el enfrentamiento con la estrige de la historia "El brujo". Se describe cómo Geralt está en una habitación junto con una chica. La chica tiene ganas de "intimar" con el brujo, pero parece que Geralt no está interesado. Al final la mujer se posa encima de él, muy provocativa, y al final Geralt cae y tienen una noche loca juntos. Al parecer, la chica se llama Iola (es una religiosa que ha hecho el voto de no hablar) y es la sacerdotisa Nenneke quien al día siguiente entra en la habitación por la mañana y echa a Iola de ella. Al parecer, por la noche Geralt, embriagado, había hecho el amor con Iola pensando en que era Yennefer (más adelante sabremos más de este importante personaje para Geralt).

Nenneke se pone a revisar la grave herida de Geralt en el cuello. Tras dicha inspección, Nenneke se marcha. Se da información sobre el culto a Melitele y sobre cómo se adora a la diosa de la fertilidad y las cosechas. Al rato, Geralt se encuentra paseando por el templo, en busca de Nenneke o Iola. Finalmente encuentra a Nenneke, y esta le dice que debería pasar por el "trance", una especie de hipnotización. Para realizar el "trance" se necesita de la ayuda de Iola, ya que parece tener unos poderes espirituales especiales. Es Nenneke quien está interesada en que Geralt realice dicho "trance", ya que percibe algo extraño en Geralt, algo turbio en su destino, y quiere saber lo que es por su amistad con Geralt desde la infancia del brujo. Días más tarde llegaron unos soldados de la Orden de la Rosa Blanca al santuario, entre ellos, Falwick y Tailles (un novato de la orden). Al parecer, los miembros de dicha orden desde hace poco se encuentran bajo las órdenes del señor de esas tierras (Ellander), Hereward, el cual no desea que el brujo permanezca en sus dominios ni un segundo más. Así pues, los soldados vienen al santuario a expulsar a Geralt de sus tierras, bajo la desaprovación de Nenneke, a la cual no le gusta que se le cuestione en su propio santuario.

Geralt cree que no es Hereward quien pide su marcha, sino que son Falwick y sus hombres. Todo termina con la declaración de Geralt de marcharse en tres días para no causar problemas y para seguir su marcha. Al día siguiente, se encuentran Geralt e Iola conversando, si es que se le puede decir así, ya que Iola ha prometido no hablar como ofrenda a su diosa Melitele. Geralt le habla sobre sus entrenamientos, sus espadas y su casa, Kaer Morhen, lugar donde en tiempos anteriores se producían seres como él, brujos, aunque a día de hoy solo vive Vesemir. Éste no es su padre de verdad, al verdadero nunca le conoció, al igual que a su madre. También le habla sobre el proceso que tuvo que pasar para convertirse en brujo, la "Prueba de las Hierbas" y además otra prueba adicional a la que solo él sobrevivió (de ahí su pelo blanco). Le habla también sobre el primer monstruo que mató al marcharse de Kaer Morhen. No se trataba de un monstruo al uso, sino de un hombre que estaba apunto de abusar de una niña en medio del camino real. Lo hizo porque quería recibir las gracias de parte de esa niña y su padre, pero, al igual que los hombres que acompañaban al muerto, huyeron corriendo. Desde entonces pocas veces Geralt se entromete en asuntos de humanos similares. Al final de la conversación se nombra el nacimiento de una niña y a Yennefer (tanto la niña como Yennefer serán personajes más que importantes en la saga de Geralt de Rivia, aunque ahora mismo simplemente se nombran). Al día siguiente, Geralt se encuentra leyendo en la biblioteca del santuario de Melitele cuando llega de repente Nenneke diciéndole que tiene visita. Se trata del bardo Jaskier, reconocido músico,  mujeriego y el mejor amigo del brujo. Al parecer el poeta vino al santuario preocupado por Geralt, ya que en Wyzima había escuchado la historia de la estrige y que el brujo había sido herido de gravedad. Ambos mantienen una conversación sobre el cambio que está sufriendo el mundo, y el lugar cada vez menos importante que ocupa un brujo en él. Está claro que un brujo sentencia su propia existencia al llevar a cabo su trabajo, ya que cuantos más monstruos y engendros elimina, menos trabajo y menos necesario es.

Días más tarde, Geralt se encuentra junto a Nenneke en la cueva invernadero del templo de Melitele. La sacerdotisa intenta convencer al brujo de que se quede unos días más, pero Geralt no cede. Al parecer, el brujo no quiere quedarse más tiempo para no encontrarse con Yennefer. Por la conversación se da a entender que Geralt y Yennefer han tenido algún tipo de relación sentimental, pero que esta ya ha terminado. El brujo le entrega a Nenneke unas piedras preciosas y le dice que se las de a Yennefer la próxima vez que venga. Se conoce que Yennefer es una hechicera, y como la mayoría de ellas, sufre problemas de infertilidad. La hechicera ha buscado remedio a su pena en mucha gente, entre ellas Nenneke en el templo de Melitele. La sacerdotisa le dice que debería preocuparse más por sus problemas y no por los de Yennefer. Geralt no se ha recuperado como debería de su última aventura, así que la sacerdotisa no cree que deba marcharse en ese estado. Le pide por favor que realice la prueba del trance para intentar curarse por completo gracias a Iola, pero al brujo no le gusta la idea, ya que durante el trance la chica podría predecir su futuro y no podría seguir ejerciendo su trabajo conociéndolo de antemano.

Días más tarde, Geralt y Jaskier deciden ir de visita a la ciudad cercana al templo de Melitele. Tras unas horas de viaje, se encuentran con varios soldados de la Orden, entre ellos Falwick y Tailles. Falwick quiere obligar a Geralt a enfrentarse a Tailles, con tal de limpiar el honor de la Orden. El brujo finalmente acepta el combate, aunque Falwick impone como condición que no debe herir con su espada al soldado, ya que si lo hace correrá la sangre, igual que en Blaviken.

El enfrentamiento comienza y las espadas chocan con tanta fuerza que Tailles es herido por su propia hoja. El miserable soldado queda tendido en el suelo sin poderse levantar del dolor. Tras el combate, Geralt amenaza a Falwick que como se atreva a tocarle un pelo a Nenneke o a alguien del templo de Melitele irá a por él y lo matará. Tras pronunciar esas palabras, el brujo y el trovador ponen rumbo de nuevo a la ciudad. Al día siguiente, Geralt y Jaskier abandonan definitivamente el templo. Al llegar a la puerta, Iola llega para despedirse. Al coger de la mano a Geralt entra en trance y predice una profecía. En ella solo ve sangre, sufrimiento y muerte. Tras ello, Iola queda inconsciente y se la llevan rápidamente. Geralt y Jaskier, contra la voluntad de Nenneke, se marchan para siempre.

Personajes[]

Adaptaciones[]

  • Las siete partes de la historia sirvieron para algunas escenas de The Hexer.
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