Rayla de Lyria,[1] conocida primero como Rayla la Negra[2] y más tarde como Rayla la Blanca,[3] era una soldado nata y veterana de las guerras con Nilfgaard. Originalmente era mercenaria y luego se convirtió en oficial de las fuerzas especiales del rey Demavend de Aedirn. Mientras vigilaba la retirada de los civiles de la invadida Aedirn, su unidad fue aniquilada por un comando Scoia'tael.[2] Sobrevivió a la captura, pero terminó mutilada y desfigurada.[3]
Biografía[]
Se convirtió en mercenaria a temprana edad y partió hacia la aventura. En algún momento de su vida conoció a Geralt de Rivia, fue testigo de sus habilidades de combate y quedó impresionada. También visitó Vengerberg un par de veces, donde conoció a la hechicera Yennefer.
Rayla luchó por los nordlings durante la Primera Guerra del Norte. Más tarde, participó en una reunión en Bleobheris donde observó la actuación de Jaskier y discutió con otros espectadores sobre los eventos descritos en su balada.[1]
Tiempo después, Rayla se unió a las fuerzas especiales formadas por el rey Demavend. En junio de 1267, se le asignó la tarea de escoltar a la hechicera Tissaia de Vries a Gors Velen. Allí, Yennefer argumentó que Rayla, como mercenaria que luchaba por dinero, no podría sacrificarse como los soldados que defendían su propio país y sus hogares, mientras que Margarita Laux-Antille defendió a la guerrera. Las predicciones Yennefer demostrarían ser erróneas.
Al final, lyrianos y aedirnianos unieron fuerzas y se enfrentaron a los nilfgaardianos en la Primera batalla de Aldersberg. Aunque las tropas de Meve y Demavend fueron derrotadas y Aldersberg fue incendiada, ambos monarcas lograron salvar sus vidas y las de los ciudadanos de Aldersberg.[2]
Después de que Nilfgaard ganara la Batalla de Vengerberg, la unidad de Rayla protegió a los civiles que huían por el Valle de Pontar a Temeria. Cuando la retaguardia fue destruida por los Scoia'tael, ordenó a sus hombres que se quedaran y se convirtieran en la retaguardia ellos mismos, a pesar de su renuencia. Después de una feroz batalla, ella fue la última en pie, rodeada por Scoia'tael. Le pidieron que dejara caer su arma, pero ella respondió que su espada era demasiado cara para dejarla caer y si deseaban tomarla, antes tendrían que romperle los dedos.[2]
Rayla apareció nuevamente en 1268 sin una mano, que fue reemplazada por un gancho de acero. Aunque sobrevivió, aparentemente sufrió mucho: su cabello se volvió blanco. Llamándose a sí misma "Rayla Blanca", estaba llena de ira y odio hacia los Scoia'tael. Después de la Batalla de Brenna, ella persiguió al comando de Toruviel.[3]
The Witcher[]
La caza de los elfos libres que habían estado descansando cerca de Aguas Turbias fue dirigida por Rayla la Blanca, una mercenaria contratada por la Orden de la Rosa Llameante.
Tiempo después, Yaevinn le disparó fatalmente durante la batalla en la Antigua Wyzima.
Más tarde, la Salamandra la encontró cerca de la muerte y la sometió a una mutación. Como mutante, Rayla recuperó todas sus fuerzas. A cambio de su segunda vida "más perfecta", sirvió como esclava a sus nuevos maestros. Bajo la influencia de la Salamandra, atacó a Geralt y este la asesinó.
Geralt puede tener relaciones sexuales con ella en el Capítulo V, si anteriormente eligió la ruta de la Orden.
Entrada del diario[]
- La persecución de los elfos libres que descansaban cerca de Aguas Turbias fue encabezada por Rayla la Blanca, una mercenaria contratada por la Orden de la Rosa Llameante. Rayla es una soldado nata y una veterana de las guerras contra Nilfgaard, durante las cuales fue mutilada y desfigurada. Está acostumbrada a la disciplina y solo tiene un objetivo: detesta a los elfos y les da caza implacablemente.
- Rayla rodeó a los elfos de Toruviel en la aldea de Aguas Turbias, pero la situación está fuera de control. Se produjo una lucha entre sus soldados y los elfos.
- Si Geralt elige la Ruta de la Ordem
- Decidí ayudar a Rayla durante el asedio de Aguas Turbias, ayudándola así a derrotar a los elfos de Toruviel.
- Rayla la Blanca volvió a Wyzima. Murió atravesada por flechas élficas en la ciudad en llamas durante el enfrentamiento entre no humanos y la Orden.
- Me he vuelto a encontrar con la mercenaria. La Salamandra la encontró agonizante y la sometió a una mutación. Rayla se salvó y, como mutante, recuperó su fuerza enseguida. A cambio de su nueva vida, tuvo que jurar lealtad absoluta a sus nuevos maestros. Trató de detenerme y la tuve que matar. Esta vez definitivamente.